Justo hoy hace tres días que impartí el Seminario Online para hablar de las vacunas no sistemáticas, del rotavirus y de la meningitis B (aquí podéis verlo en diferido), en el que expliqué que la incidencia de la meningitis B es muy baja y que, en consecuencia, nuestros hijos están en un riesgo muy bajo de contagio.

Sin embargo, añadí lo que se tiene que saber al respecto: que es una enfermedad muy poco prevalente, pero que es muy grave. ¿Cómo de grave? Pues tan grave como que el 10% de los niños que se contagian llegan a morir.

El caso de Harry

Esto es lo que han querido mostrar unos padres, cuya historia me ha roto el corazón al leerla, y que comparto precisamente para hacer extensivo ese mensaje de «Esto es lo que la meningitis es capaz de hacer».

Sucedió hace dos años, antes de que en Reino Unido se iniciara la vacunación sistemática de todos los bebés con la vacuna Bexsero, y por eso Harry no fue vacunado. Ahora sus padres, dos años después de su muerte, han decidido compartir su historia para concienciar de lo grave que puede llegar a ser.

Harry murió un día después del diagnóstico

Ellos son Louise y John Donne, que en 2015 eran padres de un bebé de ocho meses llamado Harry, que estaba, según pensaban, un poco resfriado el día que se quedó con su hermana Shelby de 19 años. Estaban arreglando algunos asuntos para la boda que pronto celebrarían cuando recibieron la llamada de su hija: Harry estaba empeorando por momentos.

Cuando llegaron a casa se dieron cuenta de que lo que tenía podía ser grave, y enseguida llamaron a una ambulancia. Nada más llegar, le administraron oxígeno e iniciaron la terapia con tratamiento antibiótico para atacar la infección. Un rato más tarde fue trasladado al hospital, donde falleció la tarde del día siguiente.

Una sepsis como consecuencia de la meningitis

Un rato después de llegar al hospital empezó a aparecer una erupción que coloreaba su piel. Los médicos les explicaron que la meningitis avanzaba rápido y que el cuerpo estaba reaccionando provocando una sepsis.

Una sepsis, o septicemia, es la reacción que el propio cuerpo provoca en ocasiones cuando sufre una infección, que se intoxica a sí mismo, provocando el fallo de los órganos vitales. En el caso de Harry le afectó gravemente a sus riñones, de manera que empezó a retener líquido de un modo importante: para sus padres había casi duplicado el tamaño.

En palabras de Louise, la madre, al DailyMail:

Estaban tratando de estabilizarlo y me dijeron que tendrían que dormirlo para que su cerebro disminuyese la actividad, pero yo no quería porque me daba miedo que jamás pudiera volver a verle.

Así pasaron las horas hasta el día siguiente, en que Harry no estaba mejor, sino todo lo contrario. La infección avanzaba cada vez más a pesar de todos los esfuerzos y la septicemia le afectaba cada vez más. Así llegaron a la tarde, cuando los médicos les dieron la terrible noticia: el cerebro estaba dañado por culpa de la infección, y ya no había nada que hacer.

Entonces les dieron a escoger entre desconectar las máquinas que le mantenían con vida o dejarlas más tiempo, a riesgo de que Harry tuviera un ataque al corazón. De nuevo, en palabras de su madre:

No quería que sufriera más. Vino el cura, que le dio la extrema unción, luego se llevaron las máquinas y nos quedamos con él. Ese fue el momento de su muerte. Pasó en mis brazos. Sabía que ya no se despertaría; le miré a los ojos y le dije que estaría aquí con él cuando despertara.

«La gente no se da cuenta de lo grave que puede ser una meningitis»

Quedaron devastados totalmente, por la brutalidad y rapidez de la enfermedad, que en apenas un día se llevó la vida de su hijo.

Con una sensación, según la madre, de estar viviendo una vida paralela desde entonces, decidieron iniciar una campaña de recogida de fondos, con el fin de que desde la asociación Meningitis Now pudieran seguir haciendo el gran trabajo de apoyo que hacen por todos los afectados y por sus familias. Hasta la fecha han recaudado más de 20 mil libras, que sin duda serán de gran ayuda para todos los afectados.

¿Y qué pasa con la vacuna Bexsero?

Ayer mismo hablaba con unos padres que me decían que están en la lista de espera de tres farmacias. En una tienen más de 150 personas delante, en otra tienen casi cincuenta, y en la otra algunas más. Hace unos días vacunamos en el centro a una niña de 13 meses de la segunda dosis, cuando la primera se la había puesto a los 3 meses.

La compañía farmacéutica GSK está teniendo problemas para abastecer las farmacias desde su aprobación como vacuna de prescripción facultativa en octubre de 2015, y en vez de ir a mejor, la situación empeora después de que haya tenido problemas técnicos de fabricación con dos lotes, hasta el punto de tener que frenar su distribución.

Aunque dicen que en abril podría empezar a mejorar la situación, si tenemos en cuenta que tardan unos ocho meses en fabricar cada lote de vacunas, podríamos irnos en realidad a agosto de este año. A saber.

En cualquier caso, y aunque las imágenes son terribles, y la historia desgarradora, repito lo mismo: es una enfermedad muy grave, es cierto, pero no debe cundir el pánico en busca de la vacuna, porque la prevalencia de la meningitis B es muy baja.


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